sábado, 23 de octubre de 2010

Eyepennies – Sparklehorse (It’s a wonderful life, 2001)




Según las creencias griegas, cuando alguien moría se le colocaban monedas en los ojos con el fin de que, al llegar a la orilla del río Estigia, pagara al barquero Caronte para que le llevase a su lugar de descanso o tormento.

Dicen que no hay que leer las letras al escuchar la música. Cuando escuchas esta canción de Sparklehorse te cautiva con su ritmo pausado y su voz casi susurrante. Puedes cerrar los ojos e imaginarte que estás flotando en aguas tranquilas, que es de noche y sólo oyes el sonido del agua al chocar suavemente contra tu cuerpo inerte. La quietud te mece y te dejas llevar. Y llega un momento en que quieres saber que te está contando. La letra es tan metafórica que sólo puedes aventurarte a interpretarla sin saber qué quería contar Mark Linkous (y desgraciadamente no podremos saberlo ya que se suicidó este mayo pasado).

Para mí, Eyepennies habla de etapas que se cierran por circunstancias vitales o por decisión propia. Puede ser el final de tu niñez o la decisión de cambiar tu vida y empezar de nuevo, reinventándote, dejando atrás lo que ya no necesitas. No puedes enterrar tus recuerdos y estos siempre te acompañarán, pero si puedes renacer como alguien nuevo, la persona que quieres ser. Una vez has elegido, lo que te ata al pasado se va y es como si hubieses muerto para renacer mecido por esas aguas tranquilas.

Lo que más me gusta es la metáfora del gato que duerme encima de su pecho, disminuyendo sus latidos y quitándole el aliento. Refleja las presiones del día a día y como al principio es algo que le incomoda, una situación desagradable cuando estás en pleno cambio, pero que luego empieza a gustarte cuando estás a gusto contigo mismo.

Espero que la disfrutéis tanto como yo. Gracias, Lux.

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